Friday, August 30, 2013

¿Es necesario firmar un contrato formal para comprar productos en China?


Es usual encontrar operaciones de compra y venta efectuadas entre empresas occidentales (cliente) y empresas chinas (proveedor) sin que exista un contrato firmado de por medio, emitiéndose únicamente una orden de compra y una factura o invoice. También es usual encontrar casos en que el proveedor chino no cumple con lo acordado, o a lo menos no cumple en la forma esperada por el cliente. En aquellos casos en que no hay un contrato formal firmado, el riesgo de que esto último ocurra es mayor, y a su vez la posibilidad de obtener una reparación o indemnización de parte del proveedor chino es mucho más remota.

Efectivamente, el riesgo que exista un incumplimiento por parte de un proveedor chino y la empresa compradora pierda todo o parte de su dinero puede reducirse considerablemente si se toma la precaución de firmar un contrato vinculante para ambas empresas, en que se especifiquen de forma suficiente –y ojalá exhaustiva- los derechos y obligaciones de las partes. Lo anterior se debe fundamentalmente a tres motivos:

En primer lugar, al redactar los términos y condiciones del acuerdo en un contrato completo, las partes se ven forzadas a conversar y negociar sus aspectos, muchos de los cuales de otra forma nunca hubieran sido objeto de discusión. Así por ejemplo, en un contrato correctamente negociado y redactado, deberá indicarse el producto con todas sus especificaciones, funcionalidades, composición, periodo de garantía, consecuencias del no cumplimiento de estándares de calidad, etc. Lo anterior es aplicable a negocios efectuados en cualquier país, pero reviste aún mayor importancia en aquéllos efectuados con China, y lo recomendable es que se especifique y acuerde hasta el más mínimo detalle. Referencias tales como “azul”, “buena calidad” o “estándares típicos de la industria” son tremendamente insuficientes. Existen muchos tipos de azul y las posibilidades que el proveedor use el color exacto que espera el cliente, si no se especifica debidamente, son increíblemente bajas. Por otro lado, ¿qué puede entender el proveedor por “buena calidad” en un país donde se hacen camisetas por 25 centavos de dólar que se deshacen después del primer lavado? ¿Qué entenderá por “estándares típicos de la industria” cuando las prácticas occidentales y orientales son tan distintas? En definitiva, la negociación del contrato da la oportunidad de tratar todos los aspectos de la operación, lo cual resulta clave para el éxito del negocio.

En segundo lugar, el hecho de existir un contrato escrito que pueda ser exigible judicialmente en China es un incentivo importante para que el proveedor responda y cumpla con los términos del mismo. Por el contrario, si no hay un contrato escrito que establezca todos los términos y condiciones de la transacción, la tentación de incumplir o cambiar unilateralmente dichos términos y condiciones será mucho mayor.

Por último, el tercer motivo –y que muchos creen erradamente es el único- consiste en tener eventualmente la posibilidad efectiva de demandar judicialmente el cumplimiento del contrato ya sea para forzar al proveedor a cumplir con sus términos, o para demandar la indemnización de los perjuicios causados por el incumplimiento. La conveniencia de recurrir a la vía judicial –o arbitral- en caso de incumplimiento de un contrato deberá ser evaluada en cada caso considerando los costos que implique el proceso, el monto del negocio y las posibilidades de éxito en la gestión. En todo caso, aún cuando el monto del negocio, por ser muy bajo, no justificara una eventual persecución judicial en caso de incumplimiento de la contraparte, los dos motivos anteriores hacen que de todas formas sea muy recomendable firmar un contrato escrito y exigible al proveedor chino para regular los aspectos de la transacción.


Juan Xavier Barriga
Abogado
Master en Derecho Chino
Barriga & Cia Abogados
www.barrigacia.cl