Un
tema recurrente en relación a los aspectos que involucra el hacer negocios en o
con China es la especial necesidad de realizar un due diligence (revisión) acucioso, tanto comercial como legal, de
la contraparte. Basadas en sus experiencias en países occidentales, muchas
empresas que hacen negocios con China tienden a creer que un proceso de due diligence sólo se justifica cuando
se va a realizar una inversión, y no cuando se pretende realizar otro tipo de
transacciones más simples, tales como la compra de productos a un proveedor
chino. Desconocen que cuando se trata de China el proceso de due diligence es necesario cualquiera
que sean los negocios que se realicen.
Desde
luego que para algunos tipos de transacciones la revisión será más extensa que
en otros. Por ejemplo, al evaluar una posible inversión en una empresa china,
será necesario revisar una gran cantidad de antecedentes legales y contables,
para luego comprobar su autenticidad, así como visitar en repetidas ocasiones
la empresa de que se trata para tener la experiencia in situ de cómo funciona.
Sin
embargo, es en transacciones más simples, tales como compras de un producto, en
donde las empresas occidentales suelen pecar de ingenuas con catastróficas
consecuencias. La ocurrencia de fraudes perpetrados por proveedores chinos a
través de empresas que no existen, representantes falsos, documentos falsos, o
simplemente incumplimientos de contratos, es muchísimo más frecuente que en
países occidentales. Es por ello que antes de realizar cualquier transacción
con una empresa china, y especialmente antes de realizarle pagos, se debe
confirmar que la empresa realmente existe y que se está tratando con un
representante real de dicha empresa y no con un impostor, entre otras cosas.
Para ello será necesario realizar diversas diligencias y revisar variados
documentos cuya autenticidad deberá confirmarse con las autoridades chinas
correspondientes.
Resulta
particularmente interesante, dado que se trata de una característica legal
típicamente china, lo que ocurre con los sellos en los contratos. A diferencia
de lo que ocurre en otros países en que la firma de un representante de la
empresa hace que un contrato sea válido y vinculante para la misma, en China
mucho más importante que la firma es el sello de la compañía. Sin el sello, la empresa
puede generalmente desconocer la obligatoriedad del contrato.
La
historia continúa. Para comprobar que el contrato es vinculante no basta con
que se encuentre firmado y con un sello que indique el nombre de la compañía
china. En primer lugar, será necesario comprobar que el sello es auténtico. Es
posible realizar un primer análisis a simple vista que permite en la mayoría de
los casos identificar un sello falso o no válido. Para ello debemos observar:
¿es el sello redondo o de otra forma? ¿es rojo o de otro color? ¿es
completamente legible o no? ¿el nombre de la compañía está escrito en chino o
en inglés? Si el sello no es redondo, o si es azul o de otro color, o si no es
completamente legible, o si no indica en nombre de la compañía en chino, significa
que tal sello es, casi invariablemente, falso o no vinculante para la empresa.
El
análisis anterior puede servir para descartar un sello como no válido, pero no
es de ninguna forma completamente eficiente para confirmar la autenticidad y
validez del sello. Para confirmar lo anterior, será necesario viajar a la
ciudad donde se encuentra localizada la compañía; una vez allí, habrá que
acudir a la oficina de gobierno local para ver si el sello está registrado. En
un gran número de casos los sellos de las empresas chinas se encuentran registrados
con la policía local o con la oficina gubernamental local (State Administration for Industry and Commerce - SAIC), lo que hace relativamente fácil comprobar
su autenticidad. No obstante, dicho registro no es obligatorio, y en caso que
el sello no esté registrado será necesario revisar otros documentos que hayan
sido presentados por la misma empresa a otras autoridades locales. Si fue usado
el mismo sello, entonces es auténtico.
Pero
incluso esto no es suficiente. Aunque el sello sea auténtico, aún es necesario
determinar si está siendo usado de forma correcta. Lo contrario podría deberse
a dos situaciones: la primera, un impostor está utilizando un sello de la
empresa falso; la segunda, alguien dentro de la compañía está utilizando el
sello no estando autorizado para ello. La única forma de confirmar lo anterior
es visitar las oficinas centrales de la compañía y preguntar si la persona que
aparece firmando es en realidad empleado de la compañía, y luego confirmar si
dicha persona está autorizada para realizar este negocio en particular.
Una
respuesta afirmativa a estas dos preguntas es la única forma de asegurar que el
sello estampado en el contrato es auténtico y que el contrato efectivamente
obligará a la compañía. Estas gestiones deben ser realizadas con la ayuda de un
abogado licenciado chino, dado que las autoridades chinas rara vez muestran sus
archivos a personas que no sean abogados, y ciertamente no los mostrarán a un
extranjero.
Aunque
este procedimiento parezca engorroso e implique un costo muchas veces
considerable, es una práctica común en los negocios entre empresas chinas. El
trabajo de mucho de los abogados jóvenes en estudios de abogados chinos
consiste precisamente en hacer este tipo de investigaciones para sus clientes
chinos, quienes por regla general nunca suscribirán un contrato o acuerdo
importante sin antes realizar un due
diligence e investigación acuciosa de su contraparte.
Juan Xavier Barriga
Attorney at Law and Counselor
清华大学 法律硕士
Barriga & Cia Abogados
www.barrigacia.cl